La cartografía. Inscripción, traducción y expresión de la asociación heterogénea que reinventa la frontera

La controversia sobre los orígenes del Ibicuy llevaría a la producción de abundantes correspondencia y cartografía entre los funcionarios involucrados en las tareas en el terreno, entre estos y los comisarios plenipotenciarios y, entre estos representantes del rey en la frontera y las autoridades situadas en las metrópolis. Se trata de una problemática territorial, que traducida en un lenguaje técnico y apoyada en criterios científicos, buscaba evitar dar muestras de cualquier señal de fragilidad. Ello llevó a otorgar protagonismo a los profesionales que con refinada experticia técnica – como Blasco o Custódio de Sá e Faria, por parte de los portugueses, y Arguedas y Millau y Maraval, por parte de los españoles – podrían desarrollar los fundamentos necesarios para legitimar las posiciones de cada Corona, expresadas fundamentalmente en el intercambio epistolar entre los comisarios plenipotenciarios Valdelirios y Gomes Freire de Andrade.

En este apartado nos interesa destacar la labor cartográfica realizada a partir del trabajo en el terreno de aquellos expertos mencionados. Podemos distinguir distintos tipos de mapas: desde aquellos que permiten identificar el plano inicial (como la recreación de fragmentos del Mapa de las Cortes) hasta aquellos que son resultado globales de los trabajos efectuados (mapas a escala pequeña), pasando por aquellos otros fragmentarios (a escala mayor) que derivan de los levantamientos de áreas objeto de exploración. En muchas de estas cartografías se combinan representaciones “racionales” con “estéticas”. Ellas pueden tener como objetivo acompañar el uso in situ de los demarcadores o proponer un itinerario de trabajo orientado a clarificar o superar la controversia. Estas últimas fueron entregadas tanto a los comisarios principales como a los Ministros de las cortes.

Nos interesa en particular dar cuenta de la significatividad de cuatro mapas:

Podemos decir que estos cuatro mapas se tornan inscripciones del conflicto. Por un lado, ellos se construyen a través de los conocimientos recogidos en el terreno y mediados por todos los instrumentos que participan en los procesos de mapeamiento. En este sentido nos interesa destacar el diálogo con otros mapas (como el de las Cortes o los producidos por los jesuitas) y con otros saberes como los de las poblaciones indígenas, de hecho, muchos de los cursos hidrográficos recuperan las denominaciones que las poblaciones locales les otorgaban a los mismos. De hecho la referencia E de la explicación correspondiente al mapa elaborado por  Custódio de Sá e Faria Demostração do Rio Ibicuy e os bracos que o formão reconoce que la denominación «Ybicuy mini» es otorgada por «Los indios del Pueblo nuevo de San Nicolás (…) al rio que está al pie de la población (…) en el Jaguary».

Pero, por el otro lado, estos cuatros mapas dialogan entre sí y fabrican activamente controversia. Mientras que el primero sitúa el conflicto en el marco del proceso de delimitación que debía llevar a cabo la primera partida demarcadora, el segundo y el tercero, presentan los principales elementos que participan de la controversia, y diseñan un plan de trabajo definido de modo espacial. Así, en el segundo mapa elaborado por el cartógrafo portugués Custódio de Sá e Faria se identifican los cursos de ríos y los recorridos a llevar adelante para continuar la exploración del terreno partiendo de Santa Tecla, sitio donde se habían abandonado las tareas realizadas antes de las guerras guaraníticas. Ya el tercer mapa, elaborado también por Custódio de Sá e Faria muestra los planes ideados para explorar las cabeceras del Ibicuy. En él se combinan las informaciones recogidas por los técnicos de ambas coronas, con aquellas ofrecidas por los mapas jesuíticas y los conocimientos de los indígenas “prácticos”. En la lengua portuguesa los “prácticos” son los pilotos que detentan un gran conocimiento sobre determinado paraje marítimo. Este saber los torna personas indispensables para la navegación local. En la documentación sobre las partidas, se supone que el término “práctico” es utilizado para designar a los indígenas que poseían conocimiento sobre la denominación de los ríos, su localización, su recorrido y profundidad. Ello llevaba a que las poblaciones aborígenes fuesen sujeto de valoración por parte de los demarcadores europeos.

La comprensión de la significatividad del cuarto mapa, elaborado por Custódio de Sá e Faria, se complementa con la lectura del español titulado Demostración del modo más fácil y exacto para poder averiguar el origen principal del Ibicuy y poder concluir la demarcación. En carta dirigida a Ricardo Wall (Ministro de Estado de España) el Marqués de Valdelirios sostiene que se trata de una reproducción de aquel que realizó Custódio de Sá e Faria y que este le había entregado:

«es copia fiel del que medio, antes de salir de San Angel, levantado por D. Joseph Custodio. Este sirvió para demostrarme los dos Ibicuys, que forman el principal Rio de este nombre, y que abrazan el terreno dudoso, que quedaba lleno de Indios, según su aseveración, (…) siendo así, que en este Mapa reconoce dos brazos, o Ibicuys, de que resultó aquel terreno dudoso, niega ahora el uno, contra estos mismos testimonios» (Valdelirios a Wall, Campo de Santa Cathalina, 20 de octubre de 1758. El resaltado es propio).

Sin embargo, la comparación de Demostración del modo más fácil y exacto… con el de Custódio de Sa e Faria permite constatar que no se trata de una “copia fiel”. Más bien el mapa elaborado por Custódio de Sá e Faria ha sido objeto de un proceso de traducción  en la medida que los nombres de los cursos de agua son adaptados a los intereses hispánicos. A continuación se identifican las diferencias toponímicas que se observa en la hidrografía:

Diferencias toponímicas observadas entre el mapa portugués y español en los cursos de los ríos que forma parte de la controversiaDiferencias toponímicas observadas entre el mapa portugués y español en los cursos de los ríos que forman parte de la controversia

A este proceso de traducción se le suman las diferencias que tienen que ver con el reconocimiento de las áreas ocupadas por las poblaciones originarias. En este sentido, el mapa Demostración del modo más fácil y exacto… otorga mayor visibilidad a las tierras ocupadas por las poblaciones indígenas al sur de los ríos que ellas denominan Ibicuy Guazú y Mini que aquel elaborado por Custódio de Sá e Faría. Mientras que en el mapa español las áreas ocupadas por las poblaciones aborígenes aparecen reconocidas como estancias (Estancias de San Miguel, Estancia de San Borxa, Estancia de San Angelo, Estancia de San Lorenzo, de San Luiz, Estancia de San Juan) en el marco de las cuales se identifican los pueblos formados por los migrantes indígenas del Norte (Pueblo Nuevo de San Nicolás, Pueblo Nuevo de San Miguel), el mapa original de Custódio de Sá e Faria solo reconoce los pueblos nuevos. De esta manera, se invisibiliza tanto que ya había poblaciones indígenas habitando el área como los espacios de producción agrícola ganadera de aquellas que vivían con anterioridad y de los recién llegados.

A su vez, podemos reconocer algunas diferencias en las leyendas de los mapas. De hecho, el mapa español Demostración del modo más fácil y exacto…específica los itinerarios a recorrer para explorar el área y resolver la controversia que no son incorporados en el mapa original elaborado por Custódio de Sá e Fária.

Finalmente la interpretación de Demostración del modo más fácil y exacto… nos permite reconocer un conjunto de capas de significados que nos aproximan al entramado conformado por las asociaciones heterogéneas. En primer lugar observamos los cursos hidrográficos con sus denominaciones en disputa, atravesados por los criterios puestos en juego en el proceso de demarcación. En segundo lugar, identificamos un conjunto de líneas (señaladas en gris) y letras (G, C.C., D.D., E.E., F.F.) que se usan a fin de proponer el punto de encuentro y los itinerarios a llevar adelante por los demarcadores para relevar el terreno. En tercer lugar, distinguimos las estancias ocupadas por las poblaciones indígenas (delimitadas con líneas rojas) que, desde el punto de vista de los portugueses, dificultan el avance de las actividades demarcatorias. Estas asociaciones heterogéneas hacen que temporalidades pasadas (las ocupaciones indígenas), presentes (la controversia) y futuras (las tareas de exploración y sus implicancias en la apropiación territorial) configuren espacialidades que ponen cuestión la línea establecida por el mapa de las Cortes (señalada en amarillo) y que forman parte del proceso de reinvención de la frontera.

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