INTRODUCCIÓN
La historiografía sobre la delimitación de la frontera hispano-francesa se ha centrado particularmente en dos hitos diplomáticos, sin duda decisivos: el Tratado de los Pirineos, suscrito en 1659 y completado en 1660 por el Tratado de Llívia; y los Tratados de Límites de Bayona, firmados en 1856, 1862 y 1866 y completados por un acta final adicional y varios convenios anejos, así como por la Declaración de 30 de marzo de 1879, firmada también en Bayona, que fija los límites jurisdiccionales en la Bahía o Rada de Higuer. Si el primero de esos hitos culmina, grosso modo, el trazado general actual de la frontera, incorporando a Francia importantes territorios pertenecientes hasta entonces a la monarquía española (caso del Rosellón, el Conflent, el Vallespir y una parte de la Cerdaña), el segundo supone la primera delimitación completa y precisa de la línea fronteriza, de acuerdo con las concepciones territoriales propias del Estado liberal, así como con las técnicas de demarcación a ellas asociadas, estrechamente relacionadas con el progreso de la cartografía.
La historia de los tratados y proyectos de delimitación acometidos en el período comprendido entre esos dos grandes hitos ha sido, en cambio, mucho menos estudiada, si exceptuamos los detallados trabajos dedicados por Fernando de Arvizu al conflicto de los Alduides (en francés Aldudes), en los Pirineos navarros, uno de los más intensos, antiguos y recurrentes de cuantos hubieron de abordar el primero de los Tratados de Bayona, suscrito el 2 diciembre de 1856, y sus correspondientes Anejos, de 28 de diciembre de 1858.
Esta exposición se detiene en el análisis de uno de los episodios claves para entender la delimitación fronteriza establecida en el citado Tratado tanto para el conjunto del sector navarro como para el de los Alduides en particular: el vinculado a la obra de la Comisión de Límites Caro-Ornano, vigente entre 1784 y 1790, y de la brigada de ingenieros asociada a la misma, cuyas operaciones cartográficas, iniciadas en 1786, continuaron hasta 1792, más allá por tanto del final de la Comisión para la que se creó. Sin perjuicio de abordar otros aspectos claves para contextualizar y comprender adecuadamente este apartado, nuestra contribución se centrará en la labor cartográfica llevada a cabo por dicha brigada, sobre la que existen algunas aportaciones parciales y dispersas, aunque no un estudio de conjunto, más allá del trabajo, pionero, aunque introductorio y ya centenario, del Conde de Saint-Saud.
Dicha labor resulta enormemente interesante por varios motivos, en tanto en cuanto representó el primer intento por proporcionar una cartografía moderna, científicamente precisa, y a escala grande, de la frontera pirenaica. Una cartografía que, aunque incompleta, no fue superada, ni en calidad ni en detalle, hasta la segunda mitad del siglo XIX; y que, pese a la elevada importancia geoestratégica de las regiones de frontera en general, y de la pirenaica en particular, fue fruto de la colaboración entre los topógrafos militares de ambos países, lo que le confiere una singularidad y originalidad añadidas, aunque compartidas con otras experiencias análogas de delimitación fronteriza llevadas a cabo por comisiones mixtas.
Por lo que toca a las fuentes consultadas, este trabajo se apoya en su mayor parte en la documentación conservada, del lado español, en el Archivo Histórico Nacional (en adelante AHN) y el Archivo Cartográfico y de Estudios Geográficos del Centro Geográfico del Ejército (ACEG-CGE), en Madrid, y, del lado francés, en los Archives Diplomatiques du Ministère des Affaires Étrangères (ADMAE), sitos en La Courneuve, aunque también se han examinado otros fondos de interés para la reconstrucción del proceso aquí analizado.
La presente exposición se divide en cuatro secciones. En primer lugar, se presentarán el contexto y los antecedentes principales de la creación de la Comisión de Límites Caro-Ornano. En este sentido, se incidirá en la cuestión de la difícil aplicación del principio delimitador previsto en el Tratado de los Pirineos, así como en los primeros intentos modernos de deslinde de la frontera pirenaica occidental, las controversias territoriales que los motivaron y las representaciones cartográficas que generaron. En segundo lugar, se examinará el origen, trayectoria y composición de la citada Comisión, así como de la brigada topográfica de ingenieros vinculada a la misma. En tercer lugar, se analizará la metodología, los procedimientos técnicos y los contenidos del mapa de la frontera pirenaica llevado a cabo por dicha brigada. Finalmente, se expondrán una serie de consideraciones sobre la herencia política y cartográfica de la Comisión Caro-Ornano.
La Comisión Caro-Ornano y su brigada topográfica: génesis, composición y trayectoria.
Consideraciones finales sobre la herencia política y cartográfica de la Comisión Caro-Ornano.