Conformación de las Comisiones Mixtas

El tratado de Madrid estableció que la actividad de demarcación de la frontera en el terreno en América Meridional sería llevada adelante por una división norte y una sur. Mientras que la primera trabajaría en el área amazónica, la segunda lo haría en la región del Plata. A su vez, cada una de ellas sería dividida en tres partidas, encargadas de la difícil tarea de otorgar materialidad en el terreno a aquella línea imaginaria trazada consensualmente por la Corona en el Tratado. La actividad de las tres partidas sería dirigida y supervisada por el Comisario Principal Gomes Freire de Andrade por Portugal y por el Marqués de Valdelirios por España.

De acuerdo con lo consignado en el artículo IV del tratado en relación a la región del Plata, la primera partida debía demarcar el límite desde Castillos Grandes hasta el río Ibicuí. Los comisarios de la misma eran Francisco Antonio de Meneses e Sousa, portugués y el capitán de navío español Juan Echevarría. Los trabajos se iniciaron en 1752 pero fueron interrumpidos al año siguiente por el inicio de las llamadas guerras guaraníticas. Hasta el año de 1758 no fueron reanudadas las actividades en el terreno, estando ahora al mando de la demarcación portuguesa José Custódio de Sá e Faria. El principal problema que surgió en esta etapa tuvo que ver con las dificultades para identificar las cabeceras del Río Ibicuí. ¿Estas se alineaban horizontalmente con aquel curso que desaguaba en el rio Uruguay o, al contrario, se originaban en el sudeste y realizaban un recorrido diagonal hasta su desagüe en el Uruguay? Esta problemática será analizada con más detalle en los apartados Las acciones de la Primera Partida y La cartografía. Inscripción, traducción y expresión de la asociación heterogénea que reinventa la frontera.

La segunda partida inició los trabajos en 1759; según el artículo V del tratado, desarrollaría los trabajos de demarcación desde el río Ibicuy hasta el curso del Igurei por encima del Salto grande del Paraná. Posteriormente la frontera seca se definiría hasta las nacientes del río San Antonio. Los comisarios de esta partida fueron José Fernandes Pinto Alpoim por Portugal y Francisco de Arguedas por la española. Los trabajos de esta partida también tuvieron que detenerse por los levantamientos indígenas. A pesar de las dificultades planteadas por la definición del curso de los ríos Santo Antonio y Pepirí, lograron salvar las diferencias, finalizando los trabajos de demarcación a partir de la elaboración de un mapa general. Se trata del «Mappa da demarcaçãoque por orden de S.M.F e C fez no anno de 1759, a Segunda Partida da boca do Rio Ybicuy, seguindo o curco dos Rios Vuruguay, Pipiry, S. Anto, Yguacú e Paraná thé o seu Salto, Povo de S. Nicolláo, a 8 de Abril de 1760», elaborado por Manuel Pacheco de Cristo. Este se encuentra en la Mapoteca de Itamaraty, Rio de Janeiro, no 370., fig. XI.

La tercera partida extendería sus tareas desde el río Paraguay hasta el Jaurú. Los comisarios responsables de la partida fueron por el lado portugués, José Custódio de Sá e Faria y, por la parte española, Manuel Antonio Flores. Esta partida, menos afectada por los conflictos con los indígenas, cumplió los objetivos demarcatorios de 1753 a 1754. Sin embargo, ciertas dificultades se presentaron para delimitar el tramo final. Así, no era posible descender todo el Aguarahy debido a los saltos que encontraron, a la vegetación extremadamente densa y a la presencia de los indios Monteses. Los comisarios Gomes Freire y Valdelirios consideraron que el conocimiento de la cabecera del Aguarahy (actual Ipané) y su desembocadura en el río Paraguay era suficiente para llevar adelante las tareas demarcatorias, que no era necesario reconocer el recorrido del curso hidrográfico.

Dentro de cada partida podemos diferenciar aquellos que llevaban adelante las tareas políticas, de aquellos que se enfocaban en las tareas técnicas y de aquellos otros cuyas actividades se orientaban a mantener la seguridad de los demarcadores, transportar las cargas, servir como remadores de las embarcaciones, abrir picadas, cuidar de la alimentación y el vestuario de los comisarios y técnicos. Mientras que los primeros encarnaban la autoridad real en aquellos confines, los segundos estaban integrados por oficiales, ingenieros militares, cartógrafos, astrónomos y diseñadores, además de cirujanos y capellanes. Finalmente existía un tercer grupo constituido por indios, esclavos, albañiles y militares. Estos últimos componían, por amplio margen, el mayor porcentaje de los miembros de la expedición demarcadora lo cual demuestra la naturaleza de conquista territorial que investía a este tipo de emprendimientos.

II.1 Los Comisarios Plenipotenciarios: representantes del rey en la frontera colonial

Las tareas políticas de las Comisiones Demarcadoras eran desarrolladas por los llamados comisarios plenipotenciarios. El tratado de Madrid establecía que “comisarios inteligentes (…) ajustarían con mayor distinción y claridad los parajes por donde correría la demarcación (…) colocando marcas en los lugares que les pareciese conveniente (…) y dando cuenta a los monarcas en aquello que no hubiese acuerdo mutuo” (Artículos XI, XXII y XXVI).

Para la partida sur, Portugal nombró como principal comisario al gobernador y capitán general de Río de Janeiro a Gomes Freire de Andrade, futuro conde de Bobadela. Era la persona que más conocía la región Sudeste y Sur de Brasil, pues se desempeñaba como funcionario desde 1733. Gomes Freire se había mostrado en desacuerdo con las resoluciones del Tratado de Madrid y se hallaba más próximo de las posiciones del futuro Marqués de Pombal para quien la Colonia de Sacramento poseía más valor desde el punto de vista estratégico y económico que las tierras ocupadas por las siete misiones. Además, Gomes Freire defendía las posiciones de los comerciantes de Río de Janeiro Estos importaban numerosas mercaderías (manufacturas, alimentos, tejidos, vinos, aguardientes, vinagres, etc) de la ciudad de Porto que llegaban a la región platina a través del puerto lusitano, a cambio de plata. La cesión de la plaza de Sacramento significaría para ellos, al igual que para sus habitantes, el cierre de una línea comercial muy dinámica y lucrativa.

El nombramiento del comisario principal español recayó en Gaspar de Munive, Marqués de Valdelirios, un comerciante limeño que se había desempeñado en el Consulado de dicha ciudad, y que se mostraba favorable al cumplimiento del Tratado ya que desaparecería la competencia que representaba Colonia de Sacramento para las actividades mercantiles de la capital del Virreinato del Perú.

Podemos afirmar que quienes comandaban las comisiones demarcadoras, llegaron a ocupar estas posiciones no por sus conocimientos técnicos sino por sus vínculos políticos y económicos. Son justamente estas redes y sus actividades desarrolladas como funcionarios reales las que los llevaron a desempeñar el puesto en cuestión. En síntesis, el comisario delimitador era también una especie de representante de la corona en la frontera y en todas aquellas acciones vinculadas a su definición. Él debía imponer la autoridad del rey sobre otra cualquier forma de ejercicio de poder existente en el área, sean estas la de los misioneros, o de los virreyes. Podría afirmarse entonces que en ausencia del rey, el jefe de la Comisión Demarcadora llevaba adelante aquellas acciones que en tiempos medievales el monarca realizaba en las propias fronteras europeas. Ahora, legitimado por criterios científicos, el comisario de la expedición en cuestión resolvía diferencias y sellaba alianzas. Además, los Comisarios de las demarcaciones en el sur decidieron iniciar los preparativos bélicos cuando los indios bloquearon la continuidad de las acciones demarcatoria en Santa Tecla.

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